Desde Betorz, se plantea una ruta circular, por la que se accede a esta atalaya. Lugar mágico, cargado de leyenda. Su nombre As-bar, de origen prerromano, significa monte sagrado.
En torno al tozal y a sus cuevas, se cuentan historias de apariciones, de fantasmas y de maravillosos tesoros.
El GPS, en su tozudez, nos obligó a ir por un sitio por el que, sin tener confianza en él, de ninguna manera hubiésemos pasado. El chisme tenía razón y por fin, tras cruzar arizones, zarzas y espinos, llegamos a una especie de "pista", que nos facilitó la subida.
Rápidamente llegamos a las crestas del Balced, antes de acceder a la cumbre.
Guara profunda. 20 kilómetros de marcha y 700 de subida, merecen bien la pena (llevar agua, no hay ni una gota)
Estos parajes también son el escenario del cuento "El queso del Asba"
Vista desde el Asba |
La cumbre es un mirador de primer orden, tanto para observar el pirineo, como el Sobrarbe. Desde la antecima, una preciosa senda, nos devuelve a Betorz, completando el recorrido circular
Encina (carrasca) de Lecina |
Nuestro amigo Antonio Barrio, calcula que bajo sus ramas, caben 2.000 cabezas de ganado
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