domingo, 11 de agosto de 2013

Dormir bajo la danza de las estrellas

Este año también me apetece disfrutar "de verdad" de las Perseidas. Con motivo de las Fiestas de San Lorenzo, tenemos en casa, sobre 12 personas, así que Rosa me da permiso, y me organizo.

Como voy solo, de momento, me ahorro la tienda de campaña, y me permito el lujo de dejar el coche en casa. Mejor dicho, me acercan a la estación del tren.

Aprovecho para rendir homenaje al Canfranero. Se han suprimido paradas, y ello ha motivado protestas vecinales (con toda la razón del mundo). Me adhiero a ellas tanto como usuario como por sentido común de las cosas. Si en vez de dejar morir, se promocionase turísticamente este tren, su espectacular recorrido, seguro que hacía que se usase. Tanto en invierno como en verano. dios!!!!

Total que cojo mi tren y a las 12 estoy en Sabiñánigo. Calor, bastante calor, pero muchas ganas. Estoy seguro que por la noche pasaré frío, pues "parriba".

El primer tramo, desagradable, Sabiñánigo (mira que es largo ese pueblo), rodear el embalse, cruzar el rio, y por carretera hacia Sardas. Lavadero, fuente, merendero e iglesia todo en uno. El agua fresca, que ayuda en la marcha


Sigo por la carretera, dirección Isún de Basa. García Omedes dedica un buen rato a este pueblo. También sorprenden varias casas modernas de mucho porte, clase y  lujazo. Sigue el calor, la fuente una birria, pero como tiene agua, a por ella y a llenar las botellas que queda la subida a Santa Orosia.

La subida, a las tres de la tarde, con to'l sol arriba, se hace pesada, aprovecho las sombras que ofrecen los buchos, y algún pino, y chino chano a paso de vaca lenta, como dice una bloguera de esto, por fin llego a los Llanos de Santa Orosia 

Seguro que mi llegada a la excelente fuente que está al lado del santuario, supuso una disminución del caudal en el arroyo que se crea, pero.... ¡qué le vamos a hacer!

Tengo tiempo más que suficiente, así que elijo cuidadosamente el sitio en donde extender mi esterilla, y en el que considerando mi postura de decúbito supino (que es la que pienso tener más rato), abarque la mayor cantidad de cielo posible.

Ceno (o lo que sea que hago), y al sobre. Ojos como platos, y efectivamente, San Lorenzo no defrauda, y llora. Una de las lágrimas, asemeja una explosión. Espectacular. Llamo a casa, quizás para dar envidia o realmente para dar parte de mi excelente situación, y a dormir. No recuerdo cuantos años hace que dormía 8 horas de un tirón. Es el caso.

Al día siguiente, como no podía ser de otra forma, subo al Oturia. Todos los que andamos por el monte, conocemos lo excepcional de éste. Con el mínimo esfuerzo se llega al, creo, mejor balcón del pirineo. Ratos y ratos de dar vuelta, el pirineo más occidental, El Midi, Telera, El Garmo, Tendeñera todos los montes del sobrepuerto en los que tanto he disfrutado. La Brecha, el Taillón, Las Tres Sorores, Las Tres Marías, Peña Montañesa, El Turbón. En fin, todo. Cada monte,  algún recuerdo. Todos aportan, todos distintos. Mi mochila va llena de esos recuerdos. Solo por eso, merece la pena haber vivido.

Si volvemos la vista al sur, allí está. Seguro que ha velado mis sueños.


Solo queda esperar a mi familia. Parte de ella sube a comer conmigo en estas praderas. Tres nietos vendrán, el pequeño con tres años. Las niñas ya muestran un cierto cariño al monte.

He subido la ruta a Wikiloc, no por aportar nada. (esta petao) sino por, quizás, ver nuestro trabajo participando en esto de los blogs, herramienda excepcional, tanto para comunicar con quienes quieren saber de nuestras vidas montañeras, como por, en un tiempo, recordar estas vivencias, y preparar otras.

Viva San Lorenzo tanto en el sentido lúdico como cuando llora.

Hasta la próxima pues......


1 comentario:

Andrés dijo...

Qué envidia (de la sana) Muy buen relato. Da gusto leerte.