viernes, 16 de enero de 2015

San Pedro de Séptimo y molino harinero de Nueno (10/01/2015)

A las 7 de la Mañana, como un Pepe, me clavo en el Puente de San Miguel para ir a Nueno y visitar la Ermita de San Pedro de Séptimo, y el antiguo molino harinero aledaño. Hace un día de perros, niebla muy densa y falta una hora para que salga el agradable sol de enero, pero como todo el camino es por pista, frontal y a caminar.

Menos mal que estuve ayer en Huesca, y fotografié el puente de San Miguel:



Este puente, diseñado por Emilio Monterde en 1912, es el primer puente de hormigón armado en el que se emplea el arco articulado. Es una construcción que permanentemente recibe visitas, sobre todo de futuros ingenieros.

También tuve ocasión de ver (por fuera) el convento de Las Miguelas.


En fin, el día de autos, como digo, con una niebla tremenda, bien temprano, arranco hacia Nueno.

Andador del manicomio. Un trozo de la antigua carretera de Sabiñánigo, pistas varias y llego a Yéqueda. Todavía no ha salido el sol, así que gracias al frontal puedo progresar.

Llegando a Igries, o mejor dicho al campamento militar que lleva su nombre, ya la luz del día me acompaña. Guardo el frontal, y a vivir que son dos días.

Poco a poco se va despejando el horizonte, siento esa sensación inigualable de cuando desaparece la niebla hasta que ya se ve el monte que, junto con Guara, ejerce labores de vigilancia en la Hoya de Huesca: Gratal.


A la derecha se ven bien definidas, las peñas mediodía de Gratal.

Lástima que estas peñas, así como el "monte" Gratal sean parajes poco visitados, siendo que la hermana mayor (Peña Gratal), a veces tiene saturación de visitantes.

En estas estamos, y llego al Bar/restaurante Monrepós (Km 12). Allí me espera Rosa, un buen café, y las endemoniadamente buenas magdalenas de todo tipo, que prepara esa gente.

Tras pecar con auténtico interés, proseguimos la marcha a San Pedro de Séptimo. A la salida del Bar, volviendo a la carretera, un cartel indicador señala el camino.

Como vamos de Ermitas y molinos, paramos a ver un momento un antiguo molino o fábrica de aceite, como pomposamente dice su cartel.

Se llamaba "Virgen del Olivar", como no podía ser de otra forma.


Por una cómoda pista agrícola, nos acercamos al objetivo, pero nos topamos con otra curiosidad de antaño.

La caseta de los tercios:


Era donde se controlaban los desvíos de las acequias, y para que pudiese regar todo el mundo, se vigilaba y guardaba convenientemente y así el bien preciado se distribuyera con arreglo a ley.

Seguimos la pista, cruzamos el río con la consiguiente mojadura de pies, y llegamos ya a las pocas ruinas de la Ermita de San Pedro de Séptimo. 






Su estado es lamentable, y no solo eso sino que a los laterales de la ermita, hay pegadas unas construcciones de pésimo gusto. La chapuza por la chapuza. ¡Que pena da que no puedan conservarse estas delicias!

He encontrado pocas referencias de esta ermita. El maestro Manuel Benito Moliner (ver:dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/615571.pdf)  algo nombra en uno de sus tratados. El nombre "de Séptimo", parece que pueda tener incluso origen romano.

Muy cerca de la ermita, existe también (en estado ruinoso), un molino harinero (o arinero como dice en la fachada)



Es de la misma época de la ermita, y existe documentación que dice que tanto el molino como la ermita pertenecían a un Judío. Pedro I venía conquistando cosas, así que le quitó las propiedades al judio, y se las dio al obispo que le acompañaba en las guerretas (quien a buen arbol de arrima,,,)



Sobre la puerta de entrada al molino, encima del balcón principal, una curiosa viñeta refleja el tan comentado gesto de San Martín cediendo parte de su capa a un friolero pobre.


Otra curiosidad, que seguro viene dada por el aprovechamiento y errónea colocación de una piedra, deja lo que sería un "gólgota" o las tres cruces de Jesucristo y los ladrones (no olvidar que hay uno bueno y otro malo), invertidas.


En fin, disquisiciones varias y regreso. Como hemos tomado café y magdalenas en el Km. 12, ni siquiera almorzamos.

Agradable paseo matutino (una vez se despejó la niebla y la temperatura se humanizó)

Pongo el track por si algún despistado:


Venga pues, que ya ha empezado 2015, y queda un montón de faena por el monte. Salud pa tal mundo güeno.




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