martes, 20 de enero de 2015

Besians - Caballera - San Martín de Caballera - Santaliestra (17/01/2015)

Cuando Silvia y JuanCarlos se humanizan, ¡da gusto! Excursiones cómodas (24 kilómetros con 600 metros de ascensión acumulada), sin necesidad de punchos raros, ni hierros ni fencejos. Llevando comida normal y nada de “barritas/geles energéticos”

Esta de hoy, nos la traspasaron ellos, y que preciosa ha salido.

Cierto es que el 80% de la marcha es por pistas, pero alternando bosques de cajicos, pinos, carrasca etc. y en este tiempo fresco, es un placer andarlos.

Llegamos medio temprano a Besians. Aparcar al lado del puente medieval, ya es un lujo. Comernos el minibocadillo de arranque mirándolo, avisa de cómo puede ser el día.



Una vez equipados arrancamos por la pista con la clarísima indicación de “Caballera”.

A los pocos minutos, vemos un desvío que señala la parroquial de San Juan Bautista. Vamos decididos hacia ella, y tras verla desde el exterior, nos colamos en su interior.




Lo primero que llama la atención es su bóveda asimétrica, parece mentira que haya aguantado tantos siglos sin derrumbarse. Cierto es que el grosor de los muros le ayuda a mantenerse en pie.




Cuenta con una pequeña y oscura cripta.

Un ultimo vistazo al que pasa por ser el puente medieval mas bonito del rio Esera.



Seguimos la marcha, el bosque y la pista en excelentes condiciones (incluso para vehículo ligero), hacen que sea un agradable paseo.

Nos resulta curioso que cada poco hay un cartel que recuerda que estamos en una “finca particular”, y que está prohibido coger setas. Pues me parece muy bien que para eso tienen dueño.

Al llegar a los llanos de machimalas, podemos ver ya nuestro destino: Caballera, que a lo lejos tiene como telón de fondo nada más y nada menos que El Turbón. Bien vestidito de blanco y guapo como él solo.



También nos sorprende encontrar vacas pastando. Seguro que son de la raza “nadafrioleras” porque por la noche debe correr un gris bastante serio.

Cruzamos un charco, que los del termo ya  tienen advertido en su blog, que para más inri está algo helado.

Estamos cerca de Caballera, y ya vemos que en el pueblo conviven perfectamente casas absolutamente derruidas, otras que se han restaurado, e incluso alguna totalmente nueva.





Al ver este pueblo,  hay cosas que no cuadran. Tiene buen acceso, Restos de que hubo electricidad antes de su abandono. Los campos que lo rodean, se les ve “buenos”. Agua también parece que había. En fin, se despoblaría por otras razones.

Paseamos por sus calles, “invadimos” alguna casa espaldada, vemos hasta un horno de pan.




Comprobamos como los actuales ocupantes (aunque más bien parece que se limitan a pasar algún fin de semana), protegen su pueblo del ganado, impidiéndoles pasar con vallas, troncos y cuerdas.




Almuerzo en un carasol, y seguimos nuestra marcha por la pista, pero ahora ya muy deteriorada, e imposible para un vehículo de cuatro ruedas. Unos barrizales/charcos tremendos ponen a prueba el goretex.

En menos de una hora llegamos ya a San Martin de Caballera





Tiene historia ese monasterio. Sus orígenes visigodos datan del siglo IX, y recientemente se restauró, o mejor dicho se consolidó impidiendo su destrucción total, y recuperando lo más bonito de la pieza: Su cripta.






Vida dura la de aquellos frailes, sin duda movidos por su fe (o vete tu a saber porque),  en un entorno tan duro como el que sufrían sus congéneres laicos, pero con lo más básico asegurado, definitivamente hay que decir que disfrutaban del monasterio.



Vuelta a Caballera, que con lo pesados y analizadores que somos se nos está echando el día encima, y estamos justo a mitad de camino.
Nuevamente comprobamos en Caballera que alguna chaminera “va fumando”. Desde aquí, vamos a bajar a Santaliestra, esta vez por senda.

Volvemos a comprobar que los campos que rodean el pueblo debieron ser productivos. Llanos, bien vallados con paredes.



Vemos y visitamos lo que debió ser la parroquial de Santa Eulalia, cuya torre está vestida con un curioso manto vegetal.




Algo de fruta, y a Santaliestra. La senda es bastante pendiente, pero recientemente ha sido acondicionada.

Llegando a Santaliestra observamos que habrá que cruzar el Esera un par de veces. Eso si, por puentes ya que el rio baja “bravo”.

Poco vemos del pueblo entre que los días son cortos,  que nos hemos entretenido más de la cuenta, y que todavía nos falta comer, seguro que llegamos al coche anochecido.

Llevamos frontal en la mochila así que no nos preocupa.

Efectivamente, comemos en la fuente de Santaliestra, al lado del puente colgante que después cruzaremos.




Solo falta llegar a Besians, por unas embarradas pistas junto campos de labor, y daremos  por finalizado otro mágico dia de monte.

Toda la ruta está perfectamente señalizada, y no te pierdes “ni a posta”, pero yo cuelgo el track porque me gusta.


Feliz monte pa tol mundo, y gracias a Los del Termo


4 comentarios:

silvia dijo...

Muy buenas criaturas!!
Los "humanos" Silvia y J.C os saludan de nuevo...andaaa queee, ya te vale Enrique!!!
No sabes cuánto me alegro de que os gustara la ruta, sólo que me da la impresión de que la subida a Caballera la hicistéis toda por pista, no? y hay una preciosa senda que sube por el canto del barranco d'os Güertos de Dominica, que vosotros cruzásteis en su parte superior, y que va a parar directa a Caballera.
Quizá la chaminera que fumiaba era la de nuestros amigos de Casa Ambrosio, los vimos que subían a hacer leña ese finde...no se si los veríais.
Un abrazo enorme y hasta la próxima.
Recuerdos a Rosa la Bella.

Enrique Martínez Labalsa dijo...

Buenaaaas. Pues si, todo por pista siguiendo escrupulosamente las marcas y estacas (gente disciplinada y juiciosa que somos). De esta forma la pendiente es muy llevadera, y nos permite ir a la par charrando. Nuestra pequeña meninge estalentada vio mojones pero, al ser zona desconocida optamos por seguir las marcas. Desde luego todo mereció la pena. Sin duda es un lugar al que volveremos. Por cierto estoy recopilando información en vuestro blog de la Solana. Nos vamos a ensañar con esa zona. Un abrazo.

Pirene dijo...

Que chulaaa!! Me la apunto, que estos dos a mí no me cuentan nada tú! jejeje

Nos vemos!

Enrique Martínez Labalsa dijo...

Pues hubo que hacerles daño hasta que confesaron la excursion. Desde luego merece la pena.