El otro día no vimos el paraje de Puen D'as Crabas, ya que no llegamos a cruzar el barranco de Otal, por precaución ante el gran caudal que llevaba y porque en la margen derecha no veíamos por donde continuaba el camino.
Pues bien, hoy vamos a Escartin, así que nada mas fácil que acercarnos por la senda de la margen izquierda del barranco, ver por donde pasaban as crabas, y subir.
El inicio, como el otro día, desde Bergua, bajar al ajuntadero de los barrancos, de La Pera y de Otal (Forcos). Alli tomamos la marcada senda a Escartin, para al cabo de un rato, desviarnos a la izquierda (bien indicado), que nos llevará por dicha margen.
La senda de subida, digna de la zona. Un espectacular entorno, el murmullo del agua del barranco, y el suelo alfombrado del otoño pasado.
Varias cascadas van apareciendo, algún barranquillo hay que cruzar (con las botas puestas)
Nuevamente la sucesión de paredes y cruceros delimitan la senda, haciendo sentir que deambulas por la vía mas agradable del mundo. También los olores de primavera ayudan a soñar.
En muy poco rato se llega, por fin, al paraje en donde estaba el famoso puen d'as crabas. Increible lugar. su belleza es espectacular, y es una de las zonas que, como digo en otro sitio, hace que la duración de las excursiones, afortunadamente, se alargue de forma agradable.
Un buen rato disfrutando de ese lugar, frente a donde llegamos el día anterior (pero esta vez ya en la margen izquierda y bien secos).
Tenemos que subir a Escartin. Hay 300 metros de desnivel, pero se hacen divertidos, pues la senda entre la piedra seca, los murmullos del agua, la vegetación, también ayuda que hace un tiempo extraordinario.
De pronto nos encontramos con lo que seguramente era un molino. La construcción es a la que estamos acostumbrados en estos parajes, pero hay algo distinto.
Una piedra de molino incrustada en la pared. ¿capricho?, ¿ganas de decorar?, su trabajo les debió costar elevarla a esa altura, pero allí esta, con su inscripción (¿fecha de construcción?).
Un rato mas subiendo (para hacer gana de almorzar), y ya estamos en Escartín. Dan ganas de gritar algo gordo. No es extraño que las gentes que provienen de este lugar tengan por él una devoción especial.
Rodeados del Manchoya y del Oturia, dominando parte de la comarca,
Con restos bien visibles de la herrería, fuente y lavadero.
La iglesia en precario, a ver cuanto aguanta (perras pa sinvergüenzas ya tenemos ya, pero para estas cosas..........)
Vemos mas detalladamente Casa Ferrer, (una compañera de trabajo emparentó con esa familia)
También conocemos que el espantabrujas que coronaba la chaminera de esta casa, está en El Museo Angel Orensanz de Sabiñánigo
Buenos ratos dando vueltas y revueltas por el pueblo. Comemos en la plaza, frente a la fuente, herrería y lavadero.
Lamentablemente hay que ir regresando. Lo haremos por la senda clásica de Bergua a Escartin, que al principio desciende muy decididamente pero luego dulcifica su pendiente hasta llegar a la intersección con la senda de subida.
Por si te cansas en el camino:
Por supuesto que hacemos caso, descansamos un ratejo, y seguimos bajando.
Al poco, ya estamos en la desembocadura del Pera con el Forcos, y allí nos desviamos por una bien marcada senda, a la Iglesieta de los Moros.
Siempre sorprenden estos eremitorios, pero este, si cabe, algo mas. El altar, al aire libre, con unas pinturas a los lados.
Y la "vivienda", con una portañica, de no mas de 60cm de alta.
Otro buen rato a mirar, pensar, en definitiva a disfrutar.
Regreso por el mismo sitio, subir hasta Bergua en donde hemos aparcado, y la convicción que en un par de días volvemos para emprender otra ruta de este enclave maravilloso.
Todo esta muy señalizado y claro, pero para los que somos frikis del yipis.......
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