En el monte no puede haber
concursos de belleza.
Pero hay lugares en los que esa belleza es tan sobrecogedora que te invita a decir: ¡Es lo más bonito que
he visto nunca!
Y puede ser cierto, no es fácil
encontrar un rincón que, rodeado de masas pétreas inaccesibles, esconda tanta
dulzura.
Los reflejos de las montañas y
los bosques en las aguas del ibón, sencillamente estremecen. La “naturaleza
muerta” compuesta por troncos de árboles centenarios, secos, y probablemente
destruidos por rayos o avalanchas de nieve, dan un toque que eleva el paisaje a
algo superior.
A lo que vamos, describamos algo
la ruta.
En Saravillo, han tenido una idea
genial. En la parte alta del pueblo (en donde arranca la pista al ibón), han
puesto una casetilla con un expendedor automático de tickets. Son 3 Euros (6 si
vas a setas), se advierte que lo
recaudado se destina al mantenimiento del camino.
Pues es cierto, la pista (14
kmts.) está perfectamente cuidada.
Puede circular por ella cualquier turismo.
Su recorrido en si mismo merece la pena. Abetales, pinares entre los que se ven los grandiosos montes que rodean este
privilegiado valle.
Desde Huesca cuesta más de dos
horas y media llegar, así que o madrugas o te levantas muy temprano, lo que
prefieras.
La pista te deja en el refugio de
Lavasar, en donde sale la senda (GR15) que te acerca al ibón.
Agradable y rodeada, insisto, de
estupendos ejemplares de pinos, abetos, bojes, rododendros y chinebros, baja en
suave descenso hasta el barranco que forma el propio desagüe del ibón, la senda
comparte la GR y la ruta al ibón.
En un momento, un buen indicador,
nos informa del camino que va a Plan, de la propia GR, y del recorrido al Ibón.
Es imprescindible echar un rato
rodeando el ibón. La mora estará descansando por lo que conviene no hacer
ruido. Desde luego a mi no me da tiempo a mirar todo lo que se ve, y hacer nada
más. Escasamente andar, y porque llevo
bastones.
Tras el disfrute, hay que volver
a la dura realidad del senderista. To tieso parriba, en busca de la GR15 que
hemos abandonado para visitar el ibón.
Subimos por fuera de senda, por
un bosque con una pendiente muy suave, y mullido piso, que no plantea dudas ni
en cuanto a dirección ni cualquier otra dificultad.
Efectivamente, al cabo de un rato
nos topamos de frente con la senda. Lo de la dura realidad es porque es dura de
verdad.
Permanentemente atraviesa las pedreras que bajan de los "monteshorarios" (peñas de las diez, de las once, y de mediodía) que encierran el ibón.
China chana, vamos subiendo hasta
lo que se llama “La colladeta del ibón”, que es el collado que realmente separa
los valles de Saravillo (Chistau) y Barbaruens (Seira). Descansando en el
collado, tenemos la fortuna de encontrarnos con una pareja de montañeros. El,
bombero de Zaragoza y ella, no me dio tiempo a deducirlo. Nos comentaron que
habían hecho noche en el Refugio de Armeña, y que ahora, después de haber hecho
la Peña de las Diez, iban a comer al Ibón. Naturalmente todo eso me la trae al
pairo, lo importante, nos advirtieron que en ese collado, o quizás bajando unos
10-20 metros, estaba plagadito de Edelweiss.
¡Lo que nos faltaba! Por si el
día no nos estaba resultando ya perfecto, ahora esto. Efectivamente, decenas y
decenas de flores.
Verlas, admirarlas, almorzar con
ellas. Somos unos seres privilegiados, lo de almorzar rodeados de edelweiss
está al alcance de muy pocos afortunados. ¡Entre los que nos encontramos!
Cuando el imán que ejercen sobre
nosotros las flores nos lo permite, levantamos la vista al cielo, y vemos que
se van amontonando unas nuves más bien feotas. Don Lameteoqueviene nos había advertido
de la probabilidad de tormentas, pero suavemente, y que serían por la tarde.
Subiendo, oíamos la radio y los salvajes daban noticia de “alerta
amarilla” son exageraos de pistón.
Otra de las constantes del día, las setas.
Montones y montones, no
comestibles pero que indican que por allí hay de las otras.
Un espectacular champiñón se
cruza en nuestro camino.
Pes nada, comer en el coche, la
imprescindible siesta, y pa casa, otras dos horas y media de auto pero esta vez
parando en el Barranqué para ver como preparan las fiestas.
Solo un ruego, si alguien que lee
esto no ha estado en la Basa de la Mora (Ibón de Plan), que apague ahora mismo
el ordenador y suba sin perder un minuto.
No pongo track porque el trasto
hizo cosas muy raras (¿será por las guerras Siria, Irak etc.?), no se
pero…………………. A ver cuando funciona Galileo, aunque me parece que son algo
chapuzas.