Hay días que merecen ser vividos. Ayer fue uno de ellos. Rosa en su blog, se centrará en la Ruta del Grial, pero no puedo dejar de es cribir una mínima parte
de los sentimientos que ayer se amontonaron en mi cabeza.
Había que subir a la
montaña sagrada como la denomina José Miguel. A mi todas me parecen sagradas.
Cada una de ellas me ha producido un sentimiento especial quizás porque estoy seguro
que soy parte incuestionable del mundo, o por lo
menos hasta donde me alcanza la vista. Mi patria es el universo y, por consiguiente, todo lo que veo para mi es sagrado, y me siento parte de ese todo.
Varias cosas hacían de
esta excursión algo especial. La Compañía: Julia y Jesús, Vitico y Alberto, a
los que tuvimos el honor de ser modestamente sus führer (tranquilos que Pepa me ha
informado que es palabra solo quiere
decir guía). Carlos Avellana, de O zoque, nos facilitó la llave de la Ermita de
San Cornelio, principal objetivo de la marcha por aquello de la Ruta del Grial.
También teníamos
interés en bajar por Satué, con el fin de quedar en el camino que
seguiremos para ir a tomar unas birritas a Biescas.
Esa Bajada hacia Satué, exigía
un poco de precacución ya que las ultimas y fortísimas nevadas se conoce que la
habían dejado intransitable.
Pero, otro ángel que ronda estos montes se apareció
y nos ayudo. Jesus Sanchez (Samuel), que liderando un grupo de amigos,
recientemente ha dejado expedito el paso por la senda. A fe mía que han trabajado
de lo lindo. Y no solo cortando “ramitas”. Unos troncos bien gordos que de
seguro han requerido una potente motosierra, jalonan el camino. Gracias Jesus.
Al lío. Previo traslado
de un coche a Satué, y obtención del permiso para circular por la pista se
Santa Orosia en El Rincon de Valero de Yebra de Basa (otro sitio en el que también
hemos disfrutado de lo lindo), subo con el coche a los llanos de Santa Orosia.
Dos razones: una llevar toda la intendencia de comida y cosas “pa estar cómodos”
, y también por disfrutar de la senda que va desde la pista hasta cerca de la
Ermita de San Cornelio.
Ambas cosas se cumplen
a la perfección, así que me pongo las botas a estilo Robres (cualquier dia de estos os cuento como es) y a la senda que comento que es otra pequeña delicia.
El situarme frente a la Ermita, en el mismo plano,
produce una nueva perspectiva, diferente a la que estoy acostumbrado.
Voy viendo como “el grueso
de la expedición” sube por la senda. Y les hago un par de fotos.
Nos juntamos, y ya
hacemos la visita a San Cornelio todos juntos. Está petao de gente. Claro es sábado santo. Por un lado da gusto ver el monte así, aunque para
los amantes de la soledad como es mi caso, nos puede llegar a agobiar. Raro soy
oyes.
El eremitorio superior, esta
restaurado, o más que restaurado, en perfectas condiciones de uso para romerías etc. Julia, aunque toda la construcción es muy reciente, enseguida
observa alguna piedra reaprovechada. Evidentemente tiene ojos de arqueóloga.
De vez en cuando se oye el tañido de las campanas de San Cornelio. Se ve que a todo el que sube le gusta
dar un toquecito. Quiero creer que el montón de aves que pululan por esos
montes, ya están acostumbradas a los
guiris, y las campanas no les asustan.
Seguimos paseando y
viendo Ermitas hasta el llano de Santa Orosia. Como no podía ser de otra forma
este paraje sorprende a nuestros amigos. La propia Ermita de Santa Orosia, el
Oturia, incluso la fuente, están espectaculares. La vista del pirineo
todavía nevado.
La comida que, en
condiciones normales la ventilas en media hora, incluso disfrutando de las tortillas que salen con los huevos de las gallinas de Labata, se alarga mas de dos horas,
alguien hasta echa una cabezadita. Paraje de ensueño que invita a
quedarse. Tambien la temperatura acompaña y permite un rato mas de relajo.
Por cierto, esta foto nos la hizo un amigo de sobrepuerto con el que solo nos conocíamos "virtualmente". Así seguimos ya que no nos identificamos y solo hablamos a traves del Facebook
Todavía no sabíamos que
la senda a Satué estaba fenomenal, asi que discutimos un rato si bajar por
Isun, pero claro teníamos el coche en Satué, así que nos encomendamos a “San
Samuel” y allí que fuimos muy decididos.
Al principio la senda
todavía está cubierta de nieve, pero con la temperatura, la hora
etc., se hace muy cómoda de bajar.
Sobre la limpieza ya hago más arriba una referencia, pues !aún mejor¡
Ya en Satué, casi
lamentado que el dia vaya terminando, quedamos con nuestros amigos en parar en algún
lado a tomar un último café y comentar las jugadas más interesantes. Asi lo
hacemos.
Tenemos el
grial ya en Satué, lo mas pronto que podamos lo trasladaremos a Biescas,
aprovechando “Románico a cascoporro”.
El track es el que
ponemos en lo de la ruta del grial, pero como no nos vamos a pelear por el "copirray", aquí lo reseño también.
Salú y monte pa tol
mundo.