Pues sí, que la vida es para vivirla a tope, que sin
televisión y con unas pocas horas de sueño es muy interesante.
Joder que temporada llevamos. Hoy, por fin, hemos podido hacer una de
las cosas que de verdad nos gusta: Ir al monte.
Tenemos compromisos vespertinos y calor, mucho calor.
Así que después de cavilar y rondar por la red, una opción aparece:
Punta de la Selva en Villanúa. Las crónicas la describen como una deliciosa ascensión por
un tupido bosque de pinos y abetos recomendable para, como es el caso, días
calurosos.
Manos a la obra, o pies a la obra.
Bocata en Villanúa y tomamos La senda, perfectamente
señalizada, que sube por una de las calles del pueblo. Referencia, la Plaza
Mayor.
La senda es deliciosa. Rosa ya advierte que esto no es una
excursión, ¡es una gozada! Como siempre, tiene razón.
Siempre que tengo contacto con ese tren, se me pone un
gustico a flor de piel: Los paisajes que recorre, su más que acertada
velocidad. En fin, poderlo utilizar me parece un lujo asiático.
Cruzamos la vía y, ya con más ganas, la senda va subiendo.
Una fuente, y a pesar de la umbría, que es cierta, a sudar. Las cervezas de la Trial,
las de los etruscos, las de alguna boda y las del propio San Lorenzo, van
saliendo por los poros en forma de sudor.
Cerca de la zona de 10 campanas, encontramos el dolmen al
que se le da el mismo nombre.
La senda, con unos llevaderos lazos y cubierta por el espesísimo
bosque, se hace muy agradable.
Los pinos y abetos de este bosque (o selva como le gusta que
la llamen), son espectaculares.
Tontín tonteando y tras subir 688 metros en 4 kilómetros y
pico, llegamos a nuestro punto de destino. Una explanada herbosa en donde no
solo se almorzará de pistón, sino que una reconfortante “siesta del carnero”,
nos preparará para lo que todavía nos queda de la fiesta de San Lorenzo.
Las vistas, como no podía ser de otra forma, increíbles.
Todo el sur del Valle del Aragón, con la zona de Cenarbe, y la curva helicoidal
del canfranero (que tanto me mola), están a nuestra disposición.
Y sin más anécdotas que contar, y tras el gusto por esta
excursión típica mañanera o de “ir a almorzar”, nos vamos a la feria del libro
de Jaca
Pongo el track:
1 comentario:
Ja, ja, ja... Os quedasteis en el inicio del ascenso a la Punta de la Selva, machacas.
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